Uno de los problemas más difíciles de superar cuando se está libre de gluten es el estreñimiento, y no solo si se está libre de gluten, es la dolencia más común en nuestro mundo de estrés constante, alimentos preparados y bebidas poco saludables que hacen. nuestra microbiota intestinal se estremece en nuestro interior y se traduce en bolitas de heces duras que hacen que ir al baño cada día sea un auténtico suplicio.
Por todo ello, quiero presentarte una receta rica en fibra que hará que ir al baño deje de ser una pesadilla. El ingrediente principal, la avena, es uno de los aportes de fibra mejor indicados por los nutricionistas para aliviar los problemas de estreñimiento, además es un alimento antiinflamatorio que ayudará a que nuestro intestino funcione mejor y con el aporte de almendras te vamos a dar un bombazo. de calcio, proteínas, vitamina E y un sinfín de beneficios que harán de tu desayuno un subidón de energía difícil de igualar con otro tipo de alimentos.
Ingredientes:
- 150 g de harina de avena.
- 150 g de copos de avena.
- 150 g de almendra rallada.
- 20 g de harina de algarroba.
- 110 g de mejillones.
- 60 g de aceite de oliva virgen extra.
- 60 g de aceite de coco.
- 60 ml de Anis Tennis.
- 20 g de semillas de lino.
- Una cucharadita de bicarbonato de sodio.
Lo que vamos a hacer antes de empezar es poner los ingredientes en cuencos; En un bol pondremos la avena con las semillas de lino ya que la mejor manera es hacerlo uno mismo con un molinillo, en otro ponemos la almendra molida, la harina de algarroba y la cucharadita de bicarbonato, en otro el aceite de coco derretido junto con la oliva y anís y, finalmente, panela.
Ahora buscamos un robot batidor, esto también se puede hacer a mano, y le ponemos la panela, los aceites y el anís.
Una vez mezclado, añadimos al bol la harina de algarroba, la avena, el bicarbonato, las semillas de lino troceadas y la almendra rallada para volver a mezclar.
Cuando tengamos todos los ingredientes bien mezclados, añadimos la avena para terminar de mezclar y ya tenemos la mezcla para nuestras galletas.
Ahora solo queda colocar un papel de horno sobre una placa de horno y hacer pequeñas porciones redondas para hornear nuestras galletas a 180 grados durante 15 minutos.
Una vez enfriados, pueden guardarse en un tarro y disfrutarse como un buen desayuno cada mañana o un tentempié saludable cada vez que tengamos hambre.